Te invito a bailar.
A quítarme los miedos, a quítarme estas dudas.
Porque quiero ser tan tuya como de nadie jamás fui.
Que estoy con un pie en el precipicio y tú me invitas a saltar.
Que si tus brazos son los que me atrapan al final, vale la felicidad lo que tenga que arriesgar.
Porque sé perfectamente…
Que si me quedo a vivir otro instante junto a ti, difícilmente querré que te alejes ya de mí.
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