CENTRO DE SALUD PROTEO

 El hospital del pueblo era más lúgubre de lo que debería. Los hospitales son lúgubres sin importar lo nuevos que sean y este era viejo. Nadie sabía cuándo o quien lo había fundado. Solo sabían que estaba ahí que el pueblo nació con él en él. No era alto, era incluso pequeño, estaba de algún modo incrustado en la tierra. Los habitantes habían logrado con el tiempo ir haciendo más y más accesos en él. El color blanco de la cal con que lo habían pintado se había caído por completo dejando al descubierto paredes de piedra negra del volcán Xanat. Era espantoso de ver, partes blancas, partes negras, grandes hoyos y grietas, ventanas rotas, cubiertas con bolsas negras, que no hacían más que pretender detener el aire que no corría por el pueblo. 

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